¿Alguna vez se te cayó el empaste de aquella clínica dental tan barata? ¿El secador que compraste en wallapop explotó?... Se le llama “la paradoja de la pobreza”: acabar pagando más precisamente por necesitar dinero.
Las estrecheces económicas abundan
La última encuesta de condiciones de vida calcula que un 22% de la población española tiene problemas para llegar a fin de mes o busca cómo salir de la pobreza. Es decir, una persona de cada cinco vive con menos de 8.209 euros al año.
La cifra es alta, pero somos incluso más los que sin ser pobres nos hemos visto haciendo malabares para llegar a fin de mes o descolocados ante un imprevisto repentino.
Son situaciones conocidas que se repiten una y otra vez. La clave para salir de la pobreza está en prevenir estas trampas, situaciones en las que, precisamente cuando estamos mal de dinero, acabamos teniendo que pagar todo más caro (¡o pagarlo dos veces!).
Lo primero es estar prevenidos, saber cómo funcionan las principales (5) trampas de pobreza y tener claras las soluciones a nuestro alcance.
#1 Llegar a fin de mes es evitar sustos con las compras sin garantías
La adquisición de productos o servicios sin garantías legales dan sorpresas. Los tratos de segunda mano, wallapop y similares ofrecen mejores precios pero pueden ser una fuente de indefensión para el consumidor.
Es verdad que en muchos casos existen normas y seguros. La posibilidad de poner una reclamación en consumo o la amenaza de dejar un comentario negativo nos pueden proteger de una gran parte de las estafas.
Por desgracia, la ley tendrá su funcionamiento pero no siempre incluye recuperar el dinero perdido.
Soluciones:
- Opta por canales alternativos para los productos que tengas experiencia comprando, de sectores que conozcas bien o de los que alguien de tu entorno pueda darte consejo. Si sabes de informática, es más difícil que te engañen sobre ordenadores.
- Sospecha por sistema de toda oferta un 40% inferior a lo que piden productos y vendedores similares. Con frecuencia son engaños o productos inferiores.
#2 ¿Low cost o no Low cost? Esa es la cuestión
Incluso cuando no hay engaño de por medio, los productos de gama baja pueden ser otra trampa: se rompen con más frecuencia y pueden dejar de cumplir eficazmente con su misión mucho antes.
No siempre es fácil saber cuándo los productos low-cost nos ayudarán a ahorrar. La desesperación por las gangas puede ser mala consejera.
Al final, comprar dos veces un producto barato puede resultar más caro y frustrante que comprar directamente algo a un precio normal.
Soluciones:
- Opta por la gama baja para los gastos pequeños, repetidos y no-estratégicos como los productos de limpieza, de decoración o la ropa deportiva.
- Evita los productos low-cost para gastos medios, puntuales y estratégicos. Las herramientas de trabajo o los productos relacionados con la salud y la seguridad merecen un extra.
#3 El consumo fraccionado complica llegar a fin de mes a largo plazo
El consumo fraccionado ocurre cuando no tienes suficiente dinero para comprar un producto (o un pack) y tienes que ir pagando servicios o pequeñas soluciones temporales.
Un café con leche (1,5 euros) no parece caro pero, si lo tomas a diario, en un año gastas más que comprando una buena cafetera (300 euros).
Evitar la trampa del consumo fraccionado es básico para salir de la pobreza. Sin embargo es un despilfarro muy frecuente porque resulta más difícil de detectar, solo lo vemos cuando hacemos números.
Soluciones:
- Repasa tus gastos, especialmente de los servicios que consumes, y haz cálculos anuales acumulados. Seguro que hay varios consumos regulares sustituibles, el café del bar, la peluquería…
- Si optas por la compra de grandes cantidades (packs) para ahorrar vigila la conservación, las fechas de caducidad y haz raciones muy claras. Disponer de una gran cantidad de algo puede hacer que lo usemos más alegremente. Hay que dosificarlo para seguir gastando lo mismo.
#4 Las dificultades de acceso al crédito
El crédito sería un buen recurso para evitar otras trampas de la pobreza como el consumo fraccionado y para comprar productos de calidad en condiciones de plenas garantías.
Es la respuesta de muchos hogares para acceder a equipos informáticos, muebles, vehículos o vivienda –tendemos a pagar mensualidades de hipoteca más bajas que las de alquiler-.
De nuevo, la paradoja de la pobreza actúa: muchas entidades no te prestan dinero si no tienes nómina o si no puedes demostrar un patrimonio.
Así, las dificultades y restricciones para el acceso al crédito son el principal obstáculo para salir de la pobreza.
Soluciones:
- Si haces cuentas y ves clara una estrategia de ahorro muy clara pide ayuda para el gasto inicial. En ocasiones parientes o amigos muy cercanos están dispuestos a ayudarnos, especialmente si es un gasto planeado para ahorrar más en el futuro.
- Infórmate de tus posibilidades de crédito, hay una gran variedad de entidades, productos y sistemas de financiación.
#5 Llegar a fin de mes sin perder la salud
El esfuerzo por economizar puede ser una tarea angustiosa, pero no podemos dejar que la obsesión por el ahorro comprometa nuestra salud.
- Viendo el precio de carnes y verduras podríamos pensar en una dieta basada de macarrones con tomate y sopa de sobre.
- Puestos a reducir gastos, caemos en posponer indefinidamente las visitas al dentista…
Comprometer la alimentación y la atención médica es un error doble. Primero porque la salud es fundamental para tener una buena vida. Segundo, porque ¡enfermar es un lujo! Supone gasto de medicamentos y mayores dificultades para trabajar o para encontrar empleo.
Ahorrar hoy a costa de la salud de mañana nos lleva a no salir nunca de la pobreza.
Soluciones:
- Cocinar. Hacer el mayor número de comidas en casa permite reducir gastos y controlar una alimentación equilibrada que incluye frutas, verduras, suficientes proteínas y calcio.
- Prevenir las enfermedades: programar una visita anual al médico de cabecera y al dentista, solucionar las caries a tiempo,
- Llevar una vida activa que incluya algo de ejercicio y pasar algún tiempo de calidad con personas queridas.
No olvidar lo más importante
Salir de la pobreza puede parecer una lucha infinita, pero llegar a fin de mes es posible. Tenemos que confiar en nuestra experiencia y conocimientos y también reconocer cuándo tenemos que pedir ayuda. Al final, para ahorrar es fundamental llevar las cuentas de nuestros gastos y pensar a largo plazo, pero sin obsesiones. Este esfuerzo no tendría sentido sin salud para disfrutarlo y nuestras personas más queridas para compartirlo.
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